Estas imágenes son un aproximación a dos territorios.
Ambos reflejan lo más esencial: la tierra y la vida.
Soy consciente de su aspecto antropológico,
pero la antropología no es la razón de estas imágenes.
He procurado ser fiel a lo intemporal y dentro de este ámbito costumbrista destacar la sencillez de una forma de vida y su paisaje.
No hay folklore, sino el corazón del niño que aún recibe el aroma de lo duradero.
Así, pues, he pensado en mi madre y en mi tierra y a ellas les dedico estas imagenes.
Pere Colom 1996
Introducción para el libro “El silenci del temps” 1996
2021